Resistencia a Antibióticos y sus mecanismos- Parte II

 

Por: Lic. María Angélica Rivera de Linton

 

Parte II

Para entender por qué estas bacterias comunes desarrollan mecanismos que evaden la función de los antibióticos es necesario recordar los cinco mecanismos básicos de acción de los antibióticos porque las bacterias simplemente desarrollan un mecanismo que contrarresta las funciones de estos y de esta forma se aplica la tan conocida ley de la “selección natural”.   Las bacterias entonces transmiten por medio de sus genes o material genético movible estos mecanismos de resistencia a sus células hijas y a células vecinas.

 

Los mecanismos básicos de acción de antibióticos son:

  1. La inhibición de la síntesis de la pared celular (mecanismo más común)
  2. La inhibición de la síntesis de proteínas (traducción) (segundo mecanismo común)
  3. Alteración de las membranas celulares
  4. La inhibición de la síntesis de ácido nucleico
  5. Por medio del uso de algún anti metabolito.

Resistencia antimicrobianos mecanismos
Los mecanismos de resistencia a los antibióticos son entonces:

  1. Disminución drástica de la actividad metabólica entrando en un estado latente donde los antibióticos que interfieren con la síntesis de la pared celular, la síntesis de proteínas, u otros procesos tienen poco efecto. (Wood et al., 2013).
  2. Otras bacterias son intrínsecamente resistentes a antibióticos, debido a que las paredes celulares se vuelven ricas en lípidos que muchos antibióticos no pueden penetrar (Mueller et al., 2013).
  3. Las bacterias pueden también desarrollar genes que codifican para proteínas alteradas que evitan la interacción con los antibióticos.
  4. Muchas bacterias sufren cambios estructurales. Por ejemplo el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) sintetiza proteínas en la pared celular que tienen baja afinidad por la meticilina, disminuyendo así su absorción (Robinson y Enright, 2004).
  5. Muchas bacterias producen enzimas de inactivación las cuales son enzimas bacterianas que pueden romper o alterar los antibióticos para hacerlos ineficaces. Por ejemplo la resistencia a las penicilinas está mediada generalmente por enzimas B-lactamasas. Los primeros genes de resistencia codificaban enzimas capaces de degradar solamente algunas variantes de penicilina. Pero luego que se sintetizaron penicilinas más eficaces, las bacterias aprendieron a sintetizar otras enzimas que atacan a una amplia variedad de tercera generación de penicilinas incluyendo las cefalosporinas.
  6. Muchas bacterias desarrollan sistemas de eflujo sumamente eficaces los cuales se encargan de sacar el antibiótico fuera de la célula. (Fernandez y Hancock, 2012). La bacteria Salmonella Typhimurium pueden tener hasta 10 tipos de bombas de eflujo (Yamasaki et al., 2013).
  7. Los genes que codifican resistencia a los antibióticos pueden ser transferidos a otras células no solo por medio de la división celular sino que también a células vecinas por medio de conjugación, transducción y transformación (Kelly et al, 2009;. Stokes y Gillings, 2011;. Domingues et al, 2012).

En conclusión la propagación de bacterias resistentes a múltiples fármacos (RMF),  se ha extendido alrededor del mundo en un tiempo bastante corto. Esto no es sólo un problema de los países desarrollados, donde se utilizan grandes cantidades de antibióticos para la medicina humana y en la agricultura animal. Los países menos desarrollados a menudo no tienen controles adecuados sobre el uso, la venta, y distribución de antibióticos. Si bien existe un cierto nivel de resistencia a los antibióticos en bacterias ambientales que no han sido expuestas a los medicamentos humanos y veterinarios, el uso generalizado de antibióticos en la medicina y la agricultura ha conducido a la selección de microbios con niveles de resistencia mayores, lo que aumenta significativamente los costos para el tratamiento de algunas infecciones comunes, así como la morbilidad y la mortalidad. Los seres humanos pueden estar potencialmente expuestos a patógenos resistentes a múltiples fármacos a través de una variedad de rutas, incluyendo los alimentos que se consumen, entornos de centros de salud, entornos agrícolas y animales, animales de compañía, etc.

Pero hay una luz al final del túnel… hay ejemplos ahora que demuestran que el adoptar controles estrictos sobre el uso de antibióticos está ayudando a disminuir la rapidez en que estas bacterias desarrollan resistencia, por ejemplo, aunque el estafilococo resistente a la meticilina (SARM) sigue siendo un importante problema de salud los números de resistencia han disminuido en algunos centros de salud desde que se adoptaron controles estrictos incluyendo la detección en los pacientes que llegan para evitar la importación de nuevas fuentes de SARM en los hospitales. Por lo tanto estrategias para el control del uso de antibióticos deben aplicarse tanto en la medicina humana y animal así como en la agricultura y en los países de todo el mundo.